Dossier
URU - Revista de Comunicación y Cultura, No.
12
(Julio - Diciembre 2025), 73-88. e-ISSN: 2631-2514
DOI: https://doi.org/10.32719/26312514.2025.12.6
Recepción: 15/04/2025,
revisión: 12/05/2025,
aceptación: 15/05/2025, publicación: 04/07/2025.
Universidad Tecnológica Indoamérica
Ambato, Ecuador cristianlondono@uti.edu.ec
Universidad Tecnológica Indoamérica
Ambato, Ecuador cristinamantilla@uti.edu.ec
Universidad Tecnológica Indoamérica
Ambato, Ecuador veronicaperez@uti.edu.ec
RESUMEN
La televisión educativa abierta tiene una gran utilidad en la educación de los niños preescolares, porque es un recurso audiovisual accesible que facilita el aprendizaje y la socialización. El panorama televisivo ecuatoriano tiene escasez de contenido educativo de producción nacional, y las pocas producciones merecen atención. Este estudio analiza la serie animada Hagamos Ruido. Su objetivo es examinar cómo este programa fomenta el desarrollo cognitivo y social de los niños preescolares. La metodología es cualitativa y utiliza la observación no participante y el análisis de contenido en dieciséis episodios de Hagamos Ruido, a partir de cuatro categorías: identidad y autonomía, convivencia, relación con el entorno natural y cultural, y relaciones lógico-matemáticas. Los resultados demuestran que la serie animada combina elementos educativos y comunicacionales para incentivar la curiosidad, la imaginación y el descubrimiento en los niños preescolares. Se concluye que estos programas televisivos son importantes para transmitir valores, ya que utilizan recursos divertidos que atraen la atención de los niños.
Palabras clave: televisión educativa, televisión, primera infancia, educomunicación, alfabetización mediática, ciencia ficción
ABSTRACT
Open educational television is very useful in the education of preschool children, because it is an accessible audiovisual resource that facilitates learning and socialization. The Ecuadorian television landscape has a shortage of educational content of national production and the few productions deserve attention. This study analyzes the animated series Hagamos Ruido (Let’s Make Noise). Its objective is to examine how this program fosters the cognitive and social development of preschool children. The methodology is qualitative and uses non-participant observation and content analysis in 16 episodes of Hagamos Ruido, forming four categories: identity and autonomy, coexistence, relationship with the natural and cultural environment, and logical- mathematical relationships. The results show that the animated series combines educational and communicational elements, encouraging curiosity, imagination and discovery in preschool children. It is concluded that these television programs are important to transmit values, since they use fun resources, which attract the attention of children.
Keywords: educational television, television, educommunication, media literacy, science fiction
Los medios de comunicación, especialmente la televisión, tienen una característica educativa, porque pueden incidir en las prácticas culturales y sociales (Anderson et al. 2001). En especial, la televisión educativa abierta tiene un papel importante en la enseñanza de los niños, al entregar contenido que promueve el aprendizaje. En los niños preescolares, este tipo de televisión es un recurso que estimula el desarrollo cognitivo, emocional y social, a través de producciones atractivas y que enseñan de una manera entretenida (Anderson, Lavigne y Hanson 2012). Precisamente, este punto subraya la importancia de analizar estos programas televisivos.
Este estudio examina el programa Hagamos Ruido, una serie animada de ciencia ficción que formó parte de la franja infantil Veo Veo, financiada por el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) y el canal Ecuador TV. Su audiencia objetivo eran los niños preescolares.
En Ecuador, los estudios sobre el uso de la televisión en la primera infancia son escasos. Ortiz (2016) , en su tesis de pregrado, analiza la influencia de la televisión educativa en la educación no formal de los niños de tres a cinco años. Los estudios de Suing, González y Ortiz (2016) y Maruri (2024) estudian la televisión educativa, pero no focalizan sus investigaciones en su impacto sobre la primera infancia.
Por otro lado, la producción de contenido infantil local es asimismo limitada. Hay producciones infantiles interesantes que han logrado difusión gracias al apoyo gubernamental, como Educa TV o la franja infantil Veo Veo. Hay que considerar que, en esta última, muchas de las series emitidas fueron creadas por productoras ecuatorianas, lo que refuerza el impulso por contar con material televisivo nacional y de calidad. En este contexto, analizar una serie animada de ciencia ficción como Hagamos Ruido resulta clave para comprender de qué modo los medios audiovisuales nacionales pueden integrarse en procesos educativos. La televisión transmite entretenimiento y es una herramienta de comunicación que puede influir en la construcción de significados, la socialización y el desarrollo cognitivo de los niños.
La literatura y los productos audiovisuales de ciencia ficción pueden ser una herramienta didáctica para simplificar la comprensión de conceptos científicos y estimular el pensamiento crítico (Petit y Solbes 2012). Al proponer escenarios hipotéticos, permiten analizar posibles futuros (Londoño 2023). En el entorno académico, se han utilizado para enseñar materias como Física, Ética e Informática, con miras a una experiencia de aprendizaje más contextualizada y atractiva. Por su parte, el género de la ciencia ficción en la televisión infantil es relevante desde la comunicación mediática, ya que permite a los niños interactuar con narrativas que fomentan la curiosidad, el pensamiento crítico y la creatividad (Londoño y Pérez 2024a).
Este estudio contribuye a comprender cómo los programas educativos impactan en la enseñanza de los niños, de modo que se puedan generar estrategias para desarrollar nuevos programas dirigidos a esta audiencia. Con esto, se demuestra que la televisión educativa tiene un rol importante en la educación de los niños, sobre todo en los preescolares.
La pregunta de investigación del presente estudio es la siguiente: ¿cómo el programa televisivo Hagamos Ruido fomentó el desarrollo de destrezas cognitivas y sociales en los niños preescolares? Nuestro objetivo es responderla y, además, demostrar que la televisión educativa es un medio que informa, entretiene y educa.
La investigación emplea una metodología cualitativa y utiliza la observación no participante y el análisis de contenido de dieciséis episodios del programa Hagamos Ruido. Se establecen categorías en sintonía con el Currículo de Educación Inicial 2014 del Ministerio de Educación de Ecuador.
La escritura del presente estudio usó inteligencia artificial para la corrección de estilo, ortográfica y gramatical.
La televisión educativa infantil tiene la capacidad de producir contenidos entretenidos, atractivos y accesibles. Varios estudios científicos demuestran que los programas televisivos producidos con objetivos pedagógicos pueden fomentar significativamente el desarrollo cognitivo, social y emocional de los niños (Anderson, Lavigne y Hanson 2012).
Asimismo, la televisión educativa infantil tiene la virtud de mezclar elementos visuales y auditivos de una manera didáctica, de modo que los niños puedan comprender conceptos complejos (Baydar et al. 2008). Es difícil experimentar en la vida cotidiana muchos de los temas a tratar, y los programas de televisión educativa logran que los niños los experimenten en la pantalla, mediante la observación. Los guionistas y productores de estos programas optan por la reiteración de conceptos y la estructura narrativa para que los niños logren retener información, lo que significa que son útiles para enseñar lenguaje, matemáticas o conocimiento científico básico (Fisch 2004).
Varias teorías del aprendizaje consideran a la televisión como un recurso educativo. Por ejemplo, la teoría del aprendizaje social considera que los niños aprenden observando los comportamientos de los demás que se emiten en la televisión o en el cine (Bandura 1977). Bandura argumenta que la imitación de los comportamientos observados en los personajes de televisión puede influir en las destrezas sociales de los niños y en la adquisición de normas sociales.
Otros estudios demuestran que la televisión educativa puede mejorar el desarrollo cognitivo de los niños. Por ejemplo, se realizaron investigaciones sobre el programa Plaza Sésamo en las que se demostró que su contenido mejora el lenguaje, la aritmética y el comportamiento social en niños preescolares (Anderson et al. 2001). Según Martín-Barbero (1991) , la televisión transmite conocimiento y contribuye a la construcción de identidades y prácticas sociales, lo que hace que tenga un papel en la educación informal.
En Ecuador, la televisión educativa ha tenido una producción limitada y su transmisión en canales nacionales de señal abierta ha sido escasa. Durante décadas, la televisión ecuatoriana fue manejada por el sector privado, de modo que los programas fueron producidos con fines comerciales y se encasilló a la programación infantil en el entretenimiento y la publicidad. En las primeras décadas del siglo XXI, se cancelaron varios programas para niños debido a su baja rentabilidad comercial, lo significó la reducción de la oferta infantil (Maruri 2024).
A pesar de esta tendencia, han surgido iniciativas estatales para promover la televisión educativa en el país. Un ejemplo relevante es Educa TV, un proyecto impulsado en 2012 por el Ministerio de Educación con el objetivo de complementar la educación formal a través de contenidos audiovisuales diseñados para fomentar aprendizajes significativos y la formación en valores (Cattan 2016). Suing, González y Ortiz (2016) señalan en su investigación que los niños y jóvenes que consumían Educa TV encontraban en el programa una relación directa con los contenidos escolares, mientras que padres y docentes lo reconocían como un apoyo a la formación académica.
En este contexto, la franja infantil Veo Veo y su serie Hagamos Ruido representan esfuerzos valiosos para ofrecer contenido educativo infantil de calidad.
En la actualidad, la educación temprana se ve cómo una parte importante de la formación de los niños durante sus primeros años fuera de su hogar, desde el nacimiento hasta los seis años. Esta etapa es fundamental para su desarrollo psicomotriz, emocional, cognitivo, lenguaje y social, que serán claves para el proceso de enseñanza-aprendizaje. En los tres primeros años de vida, el niño evoluciona de una dependencia completa a una autonomía creciente. Es una fase de cambio rápido y significativo, profundamente influenciada por factores externos que dan forma a su individualidad. Durante este período, el afecto, la salud, la calidad del cuidado familiar, las oportunidades y experiencias en su comunidad e instituciones, junto con las interacciones sociales que establecen, juegan un papel clave en su desarrollo y aprendizaje (Pautasso 2009).
El propósito de la educación temprana es responder a la importancia de los procesos educativos en esta edad y garantizar el acceso equitativo al conocimiento para todos los niños. Busca expandir sus capacidades cognitivas y ofrecer entornos y experiencias de aprendizaje que promuevan su desarrollo social, emocional, cívico, ético y moral (EC MIES 2025a).
El MIES brinda servicios de desarrollo infantil, especialmente para niños en situación de pobreza y cuyos padres son beneficiarios del Bono de Desarrollo Humano. Existen dos modalidades: centros infantiles para el buen vivir y centros de desarrollo infantil (EC MIES 2025a). Por su parte, el Ministerio de Educación tiene a su cargo a los niños mayores de 36 meses en establecimientos públicos y privados, para lo cual ha diseñado el Currículo de Educación Inicial (EC Ministerio de Educación 2014).
El Currículo de Educación Inicial define que el aprendizaje es un proceso sistemático e intencional en el que los niños construyen conocimientos y desarrollan habilidades, valores y actitudes que enriquecen su formación integral, apoyados en interacciones positivas y mediación pedagógica en un ambiente de aprendizaje estimulante, tomando en cuenta que deben ser seguros y organizados según las características y necesidades de los niños. El objetivo del Ministerio de Educación con este documento es orientar a los docentes en su labor pedagógica, abarcando aspectos socioafectivos y cognitivos en ejes, objetivos, habilidades y metodologías de evaluación.
La serie animada Hagamos Ruido formó parte de la franja infantil Veo Veo (Mundo Veo Veo 2013), auspiciada por el MIES y el canal Ecuador TV (EC MIES 2025b). Su objetivo fue producir contenidos de alta calidad que impulsaran el desarrollo de los niños, en consonancia con la Constitución y el Código de la Niñez y la Adolescencia (El Telégrafo 2013). La Constitución del Ecuador, en su art. 44, establece la obligación del Estado de apoyar y promover el desarrollo integral de los niños en un entorno seguro y afectivo (EC 2008). El Código de la Niñez y Adolescencia, por su parte, indica que el Gobierno garantizará la protección de los derechos de niños y adolescentes a través de políticas públicas (EC 2003). En este contexto, Veo Veo pretendió llegar a 350 000 niños y tuvo una inversión de un millón de dólares (El Telégrafo 2013). Fue la primera franja infantil diseñada y producida por y para ecuatorianos.
Veo Veo abordó la primera infancia desde una perspectiva integral que incluía aspectos biológicos, sociales, históricos y culturales (Mundo Veo Veo 2013). Se reconoce que los niños de preescolar tienen su propia identidad, necesidades y capacidades, que están en constante desarrollo (EC Ministerio de Educación 2014). En este marco, Veo Veo tuvo como objetivo rescatar el sentido de la infancia, considerando las diversas experiencias de ser niño o niña (Mundo Veo Veo 2013).
Hagamos Ruido fue producida por Urbano Films (EC MIES 2025b) y constó de dieciséis episodios de entre tres y cuatro minutos cada uno. Su historia se centra en Chava Chava, un niño con una imaginación particular, que comienza sus aventuras cuando su madre cierra la puerta y le desea buenas noches. A esas aventuras, Chava Chava lleva a un grupo de amigos formado por una muñeca de trapo, un robot y un monstruo de peluche que tiene pasión por la música (Londoño 2014). Los temas de los episodios están asociados a las prioridades establecidas por el MIES (2025b, párr. 3): "[L]os afectos, el diálogo, la fantasía, la imaginación, el juego, las preguntas, el descubrimiento, la curiosidad, la exploración, los sentidos, la investigación".
La producción de los episodios de Hagamos Ruido empezó con el desarrollo de los guiones educativos, tomando en cuenta las destrezas de los niños preescolares, y tuvo la colaboración de especialistas en educación infantil (Londoño 2014). Tenían una narrativa ágil y de corta duración, con el objetivo de mantener el interés de los niños y facilitar la transmisión efectiva de mensajes educativos (El Comercio 2014). Posteriormente, los episodios fueron dibujados y animados con elementos coloridos, y los personajes fueron diseñados para captar la atención de los niños preescolares (Ortiz 2016). Se incorporaron música original y efectos sonoros que apoyaron las aventuras de cada historia y estimularon la participación de los niños (El Comercio 2014).
La serie animada Hagamos Ruido pertenece al género de la ciencia ficción dirigida a niños de entre tres y cinco años. La ciencia ficción destaca por sus mundos imaginarios y sus avances futuristas, lo que permite a los estudiantes mejorar el aprendizaje en varias áreas como la educación, la ingeniería y la psicología de manera creativa (Londoño 2024). Hay que tomar en cuenta que este género, en sus ramas literaria y audiovisual, combina especulaciones sobre el futuro con elementos de la ciencia (Londoño 2023), lo que le permite convertirse en un recurso didáctico innovador y ayudar en la enseñanza de conceptos científicos, éticos y sociales (Londoño y Pérez 2024b).
Al dejar que aflore la imaginación durante las clases, que se discuta sobre temas que aún no existen -futuros alternativos, la visualización de mundos distintos-, que se desarrollen habilidades para pensar de manera abstracta y que se experimente con la resolución de problemas en situaciones de la vida cotidiana, se fomentan la creatividad, la imaginación, el pensamiento crítico y la innovación en la educación (Londoño y Pérez 2024b).
La ciencia ficción puede tener un papel importante y positivo al incorporarse en la educación, pues estimula y motiva a los estudiantes (Londoño 2020). Así, se pueden obtener beneficios pedagógicos que enriquecen el proceso de enseñanza-aprendizaje y desarrollan habilitades cognitivas, emocionales y sociales (Londoño y Pérez 2024a). La ciencia ficción puede actuar como una herramienta poderosa para fomentar la curiosidad científica y la reflexión ética (Petit y Solbes 2012).
La investigación utiliza una metodología cualitativa a partir de la observación no participante y el análisis de contenido. Este tipo de observación requiere que el investigador tenga un papel no participativo y se mantenga en una actitud reflexiva. Esto implica prestar especial atención a los detalles, eventos e interacciones, cuya precisión varía según el nivel de participación (Hernández Sampieri, Fernández y Baptista 2014).
La elección de la serie Hagamos Ruido, parte de la franja infantil Veo Veo, resulta especialmente relevante dentro de esta investigación debido a su carácter de producción cien por ciento ecuatoriana. En un contexto donde la oferta de contenidos infantiles nacionales es limitada, esta serie representa un esfuerzo significativo en la creación de material audiovisual educativo adaptado a la realidad cultural del país. Además, su valor no solo radica en la animación y el formato audiovisual, sino en la forma de escritura de su guion, que estuvo asesorada por especialistas en educación infantil para garantizar que los episodios respondieran a objetivos pedagógicos concretos. Hagamos Ruido es una producción valiosa dirigida a la primera infancia a través de una propuesta audiovisual atractiva y culturalmente pertinente.
Para este estudio se realizó una observación no participante de los dieciséis videos de Hagamos Ruido, así como un análisis de contenido. En su contenido se examinaron cuatro categorías basadas en el Currículo de Educación Inicial 2014:
Identidad y autonomía: Esta categoría aborda el desarrollo de la autoimagen y la apreciación cultural del niño, su autoconocimiento y la adopción de acciones y actitudes que le permitan realizar actividades con menor dependencia del adulto. El objetivo es fomentar su progresiva independencia, seguridad, autoestima, confianza y respeto por sí mismo y por los demás (EC Ministerio de Educación 2014).
Convivencia: Esta categoría incluye las interrelaciones sociales del niño, desde su núcleo familiar hasta su entorno educativo, abarcando espacios y relaciones cada vez más amplios (EC Ministerio de Educación 2014).
Relaciones con el ambiente y el medio cultural: Esta categoría se centra en la interacción del niño con su entorno natural, fomentando la curiosidad sobre sus características, así como la comprensión, el cuidado, la protección y el respeto por la naturaleza, para contribuir al equilibrio ecológico (EC Ministerio de Educación 2014).
Relaciones lógico-matemáticas: Abarca el desarrollo de procesos cognitivos a través de los cuales el niño explora y comprende su entorno, potenciando diversos aspectos del pensamiento. Esta categoría permite a los niños adquirir nociones básicas de tiempo, cantidad, espacio, textura, forma, tamaño y color a través de la interacción con los elementos del entorno y experiencias que facilitan la construcción de estas nociones y relaciones, para la resolución de problemas y el aprendizaje continuo (EC Ministerio de Educación 2014).
Estas categorías fueron seleccionadas por su pertinencia para analizar cómo Hagamos Ruido contribuye al desarrollo integral de los niños, asegurando un enfoque que combina comunicación y educación en un contexto mediático infantil. Los elementos educativos presentes en la serie se alinean así con los objetivos de desarrollo infantil establecidos en el Currículo de Educación Inicial 2014.
A continuación se detallan los episodios analizados:
Tabla 1 Episodios de la serie Hagamos Ruido
De acuerdo con las categorías establecidas, procedemos a detallar lo encontrado.
En el episodio "El cuerpo humano", Muñeca se siente mal porque no puede dibujar el cuerpo de un monstruo, pero Chava Chava le enseña a dibujar su cuerpo e identificar la cabeza, el tronco, las piernas y los brazos (figura 1). Este video muestra a los niños que es importante que reconozcan sus características físicas, sean cada vez más autónomos y cuiden de su higiene y del orden.
En el nivel inicial, el valor del respeto es crucial, porque fomenta un ambiente de convivencia armoniosa en el que los niños aprenden a reconocer y valorar las diferencias entre ellos; asimismo, fortalece la autoestima y la confianza. Precisamente, en el episodio "Respecto al respeto", el protagonista Chava Chava quiere jugar con sus amigos, pero Ro-boto no quiere compartir sus canicas (figura 2). Además, se enlaza con el episodio "Tú, yo y nosotros", en el que se enseña sobre la convivencia y el respeto en el trabajo en equipo.
Consideremos que sentirse respetado ayuda para que los niños tengan una percepción positiva de sí mismos; el respeto facilita la comunicación efectiva y el trabajo en equipo, habilidades esenciales para el desarrollo personal y académico. En el Currículo de Educación Inicial se menciona que los infantes aumentan su posibilidad de interacción con las personas que los rodean al establecer relaciones que favorezcan su proceso de socialización y el respeto a las diferencias individuales (EC Ministerio de Educación 2014).
Uno de los puntos importantes en la educación inicial es que los niños adquieran comportamientos de respeto y protección al ambiente. En el episodio "Úsalo de nuevo", los amigos de Chava Chava se le acercan y le preguntan qué está haciendo. Cuando el niño dice que está cuidando sus plantas, Roboto responde que es algo aburrido. Sin embargo, Chava Chava les enseña tres dispensadores de basura etiquetados (figura 3) y les enseña la importancia de cuidar el ambiente, reciclar y reutilizar. Es decir, el episodio crea consciencia sobre la naturaleza, de modo que los niños identifican que las plantas y los animales son seres vivos, y fomenta el cuidado del medio ambiente, enseñándoles a arrojar la basura en su lugar, reciclar el material que sea posible y reutilizarlo en actividades recreativas.
En el episodio "Un arcoíris de colores" se enseña sobre el arcoíris y su forma (figura 4). En este video, los niños pueden desarrollar su capacidad de distinguir formas y colores y, por lo tanto, comprender su entorno. A su vez, este episodio se puede enlazar con otros dos: "El arte de la imaginación", que motiva a los niños a ser creativos, y "Hagamos música", que fomenta el gusto musical y la expresión a través de los instrumentos musicales. En el Currículo de Educación Inicial se menciona que se debe estimular a los infantes para que desarrollen su creatividad (EC Ministerio de Educación 2014).
Las temáticas de los episodios analizados son relevantes, porque ayudan a los niños a desarrollar habilidades y están vinculados con el perfil de salida de la educación inicial. Hay que considerar que los niños deben reconocerse como independientes, con gustos y características que les permitan saberse únicos e irrepetibles; también deben aprender a interactuar con empatía, solidaridad y respeto hacia los demás y su entorno natural y social (Baydar et al. 2008). Además, tienen que ser capaces de reconocer nociones temporales-espaciales y lógico-matemáticas para la solución de retos cotidianos según la edad (EC Ministerio de Educación 2014).
Los resultados se detallan en la tabla 2: en la primera columna se encuentra la categoría; en la segunda, la descripción; y en la tercera, el tema de reflexión.
Tabla 2 Resumen
Los resultados indican que los programas de televisión para niños en etapa preescolar pueden mejorar significativamente las habilidades cognitivas, sociales, psicomotrices y afectivas necesarias para la preparación escolar, siempre y cuando los niños los vean regularmente.
Los hallazgos en la categoría de identidad y autonomía establecen que los episodios de Hagamos Ruido ayudan a desarrollar habilidades individuales, lo que permitirá a los niños ser únicos e irrepetibles. En cuanto a la categoría de convivencia, los capítulos ayudan a transmitir valores de forma colaborativa y lúdica. En cuanto a la categoría de relaciones con el entorno natural y cultural, se habla sobre el cuidado de las plantas y los animales, así como sobre la reutilización del material reciclado. Finalmente, en cuanto a la categoría de relaciones lógico-matemáticas, los episodios ayudan a identificar figuras y colores que son importantes para lograr otras habilidades como las nociones de tiempo, espacio y cantidad. Además, esta categoría nos lleva a la resolución de problemas cotidianos.
Estos programas de televisión con un enfoque educativo utilizan imágenes atractivas y personajes que llaman la atención de los niños. El infante, en su papel de espectador, se motiva con las imágenes, lo que se convierte en un valioso recurso para fomentar el aprendizaje de valores en estas edades.
Desde el ámbito de la comunicación, este estudio evidencia la relevancia de la televisión educativa como un medio que informa y moldea percepciones y prácticas sociales desde edades tempranas. En un contexto mediático en que la oferta de contenido infantil nacional es escasa, este tipo de análisis contribuye a la discusión sobre cómo los medios pueden apoyar en la formación de niños y niñas y sobre la necesidad de fortalecer la producción de contenidos audiovisuales diseñados con un enfoque educativo y culturalmente relevante.
Futuras investigaciones pueden investigar los programas de televisión educativos para la primera infancia, comparando su uso entre países.
[3] Cristián Fernando Londoño Proaño participó en la conceptualización, curación de datos, investigación, metodología, recursos, software, supervisión, validación, visualización, redacción del borrador y redacción, y edición del artículo final. Mónica Cristina Mantilla Sánchez contribuyó con el análisis formal, la investigación, recursos, software, validación y redacción del borrador. Verónica Maricela Pérez Gavilánez estuvo a cargo de la investigación, recursos, software, validación y redacción del borrador.