Eutopia. Revista de Desarrollo Económico Territorial N.° 15, junio 2019, pp. 33-56

Tipos de resistencia de la ganadería familiar en el noroeste uruguayo
Types of resistance of family farmers in the Northwest of Uruguay

 

Virginia Rossi,* Verónica Filardo** y Eduardo Chia***

* Departamento de Ciencias Sociales Facultad de Agronomía, Universidad de la República, Estación Experimental “Dr Mario A. Cassinoni” (EEMAC), Uruguay, rossivir@gmail.com, orcid.org/0000-0003-1519-5544.
** Departamento de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República, Montevideo, Uruguay, filardo.veronica@gmail.com,orcid.org/0000-0003-2304-069X.
*** UMR Montpellier, INRA, Francia, eduardo.chia@inra.fr,orcid.org/0000-0002-4557-658

Recibido: 04/03/2019 • Aceptado: 30/04/2019 • Publicado: 30/06/2019
DOI: http://doi.org/10.17141/eutopia.15.2019.3868

Resumen

A pesar del avance del capitalismo agrario sobre los pastizales pampeanos, aún la mayoría de los agricultores familiares de Uruguay son productores ganaderos,dedicados a la cría mixta de bovinos y ovinos. En el presente artículo se utilizan conceptos de la obra de Pierre Bourdieu, tales como el sentido práctico y el habitus campesino para analizar las estrategias de resistencia de los ganaderos familiares en el noroeste de Uruguay, a partir de un estudio de tipo etnográfico de 16 familias ganaderas mediante el Enfoque Global de las Explotaciones Agrícolas (EGEA) y relatos de vida de las familias. Ello permitió identificar las estrategias (económicas, educativas, sucesorias y simbólicas) y tipificar las resistencias de estos ganaderos familiares. Se identificaron tres tipos de resistencia: autonomía de la familia, preparación de la sucesión y redes sociales. Se discute el papel de las condiciones endógenas y exógenas en los objetivos de las familias y en las prácticas y estrategias generadas.

Palabras clave: agricultura familiar; campesinado; estrategias de resistencia; región pampeana.

Abstract

Despite the advance of agrarian capitalism over the Pampas pastures, still most family farmers in Uruguay are livestock producers, dedicated to the mixed breeding of cattle and sheep. Concepts of Pierre Bourdieu’s work, such as practical sense and peasant habitus, were used to analyze the resistance strategies offamilies of livestock farmers in northwestern Uruguay. An ethnographic study of 16 of these families, through the Global Approach of Agricultural Exploitations (EGEA) and life stories of families, allowed to identify the strategies(economic, educational, inheritance and symbolic), and typify the resistance of these family farmers. Three types of resistance were identified: autonomy of the family, preparation of the succession, social networks It is discussed the role of endogenous and exogenous conditions in the families’ objectives and in the practices and strategies generated.

Keywords: family farming; peasantry; strategies of resistance; Pampas region

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Introducción

Apesar del avance del capitalismo agrario, 1 la actividad ganadera continúa ocupan-do la mayor parte del territorio uruguayo y la ganadería familiar tiene un rol cen-tral en la producción y las dinámicas territoriales. A partir de la introducción de la ganadería, la presencia de pastizales nativos (campo natural) imprimió tres características al territorio: la ganadería como actividad productiva dominante; el control de la tierra con marcada tendencia a la concentración; y una apropiación marginal de la tierra destinada a la subsistencia familiar o la producción de alimentos básicos de las ciudades (Alonso 1984).

Estas características contribuyen a explicar el carácter ganadero-familiar pampeano del sujeto agrario predominante hoy en el país y la región. Tommasino et al. (2014) consideran que casi un 75% del total de los agricultores familiares de Uruguay son ganaderos produc-tores de bovinos para carne u ovinos, 10% son lecheros y 10% horti-fruti-vitícolas.

A partir de 2009, el Gobierno uruguayo decidió apoyar la agricultura familiar con políticas públicas específicas e implementó un registro de “productores/as familiares agro-pecuarios/as”. 2 Según fuentes oficiales,la agricultura familiar es un grupo social significati-vo: 36 965 productoras/es familiares, integrados en 21 657 explotaciones 3 que se dedican mayoritariamente a la producción bovina y ovina como principal actividad económica) 4 (MGAP-DIEA 2018).

Si bien existen estudios en el país que señalan que estos ganaderos familiares prio-rizan mantener una postura de vida que va más allá de lo económico (Dieguez 2009), existen pocas investigaciones que expliquen su resistencia. En relación con las trayecto-rias de persistencia de familias ganaderas del sudoeste bonaerense, López Castro (2009) se interroga sobre el peso que tienen las relaciones familiares y culturales, y explica la importancia de tomar en cuenta aspectos subjetivos tales como el proyecto heredado y reconstruido por las familias.Junto con el tema del traspaso de la tierra, señala que la re-sistencia puede llegar a convertirse en un verdadero “asunto de familia”, dando continui-dad a tradiciones productivas y conservando el legado familiar por generaciones (López Castro 2010). También señala que, si bien la persistencia de estos productores vincula a cierta extensividad en el manejo de los recursos, sus estrategias siguen centradas en el protagonismo de la fuerza de trabajo familiar y en lógicas propias de utilización de los recursos (tecnología y maquinaria) que les permite resistir “en los márgenes del modelo” del capitalismo agrario, incluso desarrollarse en algunos casos, mostrando avances en los procesos de acumulación (López Castro 2012).

Entonces, aunque la desaparición de los agricultores familiares ha sido anunciada en muchos países, en diferentes períodos, los ganaderos familiares uruguayos no solamente siguen existiendo, sino también innovando. La permanencia del productor familiar en el agro no puede comprenderse solo por medio de las estadísticas “oficiales”: se debe que ir más allá, estudiando sus “estrategias de resistencia” (Bernstein et al. 2018). El objetivo de este artículo es identificar las estrategias del resistencia que desarrollan los ganaderos familiares uruguayos frente al avance del capitalismo agrario, centrando el análisis en las prácticas de resistencia a nivel de las familias. En una primera parte se presenta el marco teórico y la metodología utilizada en la investigación. En la segunda parte se presentan casos típicos de cada contexto investigado (el criador ganadero, el tambero) 5 remitente, el quesero y el medianero agricultor) y se analizan los resultados sobre los tipos de resistencia y reglas estratégicas de estos ganaderos familiares. Las consideraciones finales apuntan a señalar algunos hallazgos del estudio que merecerían ser profundizados a la luz de una mejor aplicación de las políticas públicas dirigidas al sector.

Marco teórico

Tanto desde la academia como desde las políticas públicas existió la tendencia a evaluar las formas familiares de producción como “resabios del régimen feudal”, “atrasos” en el cami-no de la modernización y el desarrollo tecnológico en el agro, enfatizando los aspectos que les impiden avanzar en el camino de la capitalización (Murmis 1994). Una limitación de esta manera de reflexionar es que coloca el eje en los que explotan, sin intentar comprender los ámbitos dela cotidianidad en los que se expresan las relaciones de poder y las diferentes formas de violencia, tanto a nivel delas relaciones familiares como en ámbitos donde se toman las decisiones políticas (Menéndez 1999).

En el debate sobre las relaciones que existen entre los modos de producción capitalistas y no capitalistas, la temática de la fuerza de trabajo ha tenido particular atención en los diferentes autores (Rossi 2010). En relación con la persistencia de las formas no capitalistas en la región pampeana, varios estudios discutieron si los productores de tipo familiar debían ser considerados campesinos o capitalistas. Para Cloquell et al. (2007, 21), esta “preocupación de la teoría respecto al carácter de los agentes familiares en un agro capitalista ha dado lugar a un debate permanente sobre la relación entre trabajo familiar, tierra y capital”. Advierten que la presencia de sujetos agrarios que pueden ser propietarios o arrendatarios de tierras (o ambas cosas), e invertir capital y explotar su propia fuerza de trabajo provoca diferentes posturas acerca de la compatibilidad de este tipo de productores con el modelo capitalista en el campo.

En relación con la acumulación de capital, Archetti y Stolen (1975) fueron los primeros en sugerir una figura diferente a la del campesino y a la del capitalista, la del farmer norteamericano, para caracterizar un tipo de colonos santafecinos. Los autores señalaban que el peso del trabajo familiar en el proceso productivo parecía ser más determinante que la acumulación de capital en este tipo de productores. Sin embargo, para las condiciones de Uruguay, los estudios pioneros realizados por Astori et al. (1982) planteaban diferenciar la producción familiar de la capitalista con base en tres categorías: la naturaleza familiar del trabajo desarrollado y su carácter solidario (principal relación social de producción); su modalidad de reproducción social (forma de reconstitución de los recursos humanos y materiales); y el objetivo “económico” de reproducir las condiciones que permiten la realización del ciclo familiar en la producción. Estos investigadores resolvían el “problema” de la acumulación de capital, argumentando que las unidades de producción familiar podrían ser consideradas “de tipo campesino”, mientras se basaran en el trabajo familiar y sus objetivos económicos apuntaran a maximizar el consumo. También Piñeiro (1985, 11) en aquel entonces señaló que “campesino”, “pequeño productor” y “agricultor familiar” podrían referir a “un solo sujeto social con tres nombres distintos” para las condiciones de Uruguay.

Miradas latinoamericanas más recientes traen al debate una nueva perspectiva de la cuestión agraria en los países de la región. Fernandes (2008) propone una lectura de la cuestión agraria mediante una trayectoria de conflicto entre representantes de dos modelos excluyentes de desarrollo, el del agronegocio (dominante, cuyos agentes actúan para conservar y mejorar esa dominación), y el del campesinado o de la producción familiar (dominado, cuyos agentes resisten a esa dominación). El modelo del agronegocio se desarrolla esencialmente a partir del monocultivo a gran escala, disponiendo de agrotóxicos y semillas transgénicas, con alta mecanización y utilizando trabajo asalariado; la mercancía es el objetivo central y la expresión del territorio del agronegocio. El modelo campesino se caracteriza por la diversidad de elementos que lo componen y su expresión es la vida; se caracteriza por la presencia de las personas que lo construyen y por la producción de alimentos y mercancías (Fernandes 2009).

Esta mirada de la cuestión agraria, que el autor denomina la perspectiva del campesinado, permite considerar a los “productores/as agropecuarios/as familiares” como sujetos agrarios “alternativos” al agronegocio o “sujetos de resistencia”. En este sentido, el análisis de las estrategias de resistencia parece ser una vía de entrada pertinente para el estudio de las prácticas de estos sujetos agrarios, fundamentalmente cuando se los visualiza como actores y se pretende comprender sus prácticas cotidianas (Craviotti 2012).

Para el caso uruguayo, afirmamos la idea de que campesinado y agricultura familiar refieren a la misma relación social, al mismo “sujeto” (Piñeiro 1985; Fernandes 2014). Pero en el país no se los identifica como campesinos, sino como “productores familiares” (Piñeiro 2014) porque la familia puede ser propietaria de la tierra que trabaja y estar firmemente vinculada con los mercados (de productos,insumos, trabajo, crédito y tierras). Como sujetos de políticas públicas, son identificados y registrados en el país como “productores familiares agropecuarios”, es decir, independientemente de los rubros y sistemas de producción. Pero en tanto la mayoría se dedica a la producción de ganado de carne y ovinos (casi 60%), este tipo de productores podría asimilarse a un tipo pampeano de productor familiar presente en la región: el productor ganadero familiar. Ribeiro (2009) ha caracterizado el modo de vida de estos productores mediante sus tres estrategias productivas comunes: a alimentación del ganado con base en pastoreo de campo natural; b) utilización reducida de insumos externos (principalmente sanidad animal); c) visión del ganado de carne (bovino) como caja de ahorro o mercadería de reserva (“en pie”) en casos de buenos precios o situaciones de crisis.

Una de las explicaciones para la persistencia de estos ganaderos es la resistencia que ofrecen (pasiva o activa, violenta o no), como clase social, a la extracción de excedentes (Piñeiro 1985). Desde esta perspectiva, la mirada enfatiza en la capacidad de los miembros de una clase subordinada para limitar o afectar la extracción de excedentes y, en general, se realiza un análisis que privilegia factores exógenos o colectivos de la resistencia. Para completar el estudio que propone Piñeiro y focalizar las condiciones endógenas o individuales de la resistencia de los agricultores familiares, este artículo propone movilizar la noción de “habitus campesino” (Bourdieu 2004), como instrumento para entender y caracterizar los factores internos (familiares, valores, relaciones sociales) que “fabrican” diferentes estrategias y prácticas de resistencia. Para Bourdieu (1988, 122) las estrategias de reproducción son conjuntos de prácticas por medio de las cuales los individuos y las familias tienden, de manera consciente o inconsciente, a mantener o mejorar su posición en la estructura social. En este sentido, y de acuerdo con el sistema de conceptos propuesto por Bourdieu (1988), el sentido práctico y las estrategias de reproducción no tienen una intención consciente y racional: son las disposiciones de un habitus que tiende espontáneamente a reproducir las condiciones de su propia producción, manteniendo distancias y separaciones, contribuyendo a la reproducción de todo el sistema de las diferencias del orden social. Existen antecedentes de la aplicación de esta perspectiva para estudios agrarios en la realidad argentina. Muzlera (2009) describe el “habitus chacarero” de un tipo de descendientes de colonos gringos en el agro argentino; Pais (2011) investiga sobre estrategias de reproducción campesinas; Alvaro (2013), sobre modalidades subalternas de reproducción social de productores familiares “chacareros”; y el estudio de Giordano et al. (2015) analiza el caso de los tambos familiares.

Metodología

La investigación se realizó desde una perspectiva cualitativa y con un diseño flexible, focalizando las prácticas de los productores en el nivel individual-familiar; la unidad de análisis fue la familia productora y el objeto de estudio, las prácticas socio-productivas. El estudio realizado, de tipo etnográfico, involucró una “muestra teórica” (Glaser y Strauss 1967), también denominada intencional o no probabilística, de 16 casos (explotaciones familiares) pertenecientes a cuatro contextos territoriales distintos. Se tuvo en cuenta la región litoral noroeste de Uruguay, donde se ubica la Estación Experimental “Dr. Mario A. Cassinoni” (EEMAC) 6 , sede de esta investigación. En el sentido planteado por Abélès (2008), el acceso al campo implicó la negociación previa de un “contrato”, tanto con las familias de los casos, con la organización de primer grado que agrupa los productores familiares de los contextos, como de la principal organización de segundo grado que los representa en el país, la Comisión Nacional de Fomento Rural (CNFR). Esta última se interesó por conocer y distinguir mejor a los ganaderos familiares del litoral noroeste, integrados a la organización en diferentes etapas de la gremial y del país. El diseño incluyó una matriz de doble entrada que combinó dos variables que resultaron de relevancia de acuerdo con los fines de la investigación, tipo de origen del productor familiar (familias de origen criollo o de origen inmigrante), con el tipo de organización territorial agraria (organizaciones antiguas o creadas recientemente por impulso de las políticas públicas). Así, dos de los contextos seleccionados comprendieron territorios con productores familiares de origen criollo y dos de origen “gringo” (inmigración rusa en un contexto y alemana en otro). Tres de los contextos corresponden a colonias administradas por el Instituto Nacional de Colonización (INC) y uno de ellos no presenta historia de colonización (cuadro 1).

Cuadro 1. Características de los productores familiares en los cuatro contextos territoriales de la investigación

  Tipo de origen del productor familiar
Tipo de organización Contextos Criollos Gringos
Organización nueva

-1-

Pequeños y medianos productores ganaderos dispersos, de tradición criolla; predominio de pasturas y sistemas ganaderos mixtos extensivoscaso típico:criador ganadero

-3-

Colonia de inmigrantes de origen alemán, zona agrícola-ganadera y lechera con presencia de prácticas de medianería agrícolacaso típico:medianero agrícola

Organización antigua

-2-

Colonia de origen criollo, zona de ganadería mixta, con historia agrícola-ganadera y lechera, rodeada de forestación, ubicada en torno a un área protegida caso típico:quesero artesana

-4-

Colonos inmigrantes de origen ruso, zona agrícola-ganadera con lechería comercial, ubicada en torno a un área protegida caso típico:tambero remitente

Fuente: elaboración propia.

Para la selección de los contextos territoriales y casos de estudio, se contó con informantes calificados. Se seleccionó una organización y cuatro familias en cada contexto, con hogares de tipo nuclear en diversas fases del ciclo familiar, preferentemente consolidados, para lo cual se tuvo en cuenta la representatividad y trayectoria productiva de las familias, así como el predominio del trabajo familiar (figura 1).

Figura 1. Localización de los territorios y casos estudiados en el Litoral noroeste de Uruguay


Fuente: elaboración propia.

El enfoque teórico-metodológico que se utiliza se sustenta en el postulado de coherencia de que “los productores tienen razones para hacer lo que hacen” y considera a la unidad familiar de producción como un sistema complejo, que comprende el sistema de producción,la familia, el sistema de decisión y el contexto (Chia et al. 2003).7 El acercamiento global a los casos implica los siguientes supuestos metodológicos: a) no es posible comprender por separado la unidad de producción de la unidad doméstica, se aplica el concepto “sistema familia-explotación” (Osty 1978); b) existe un marco de “razonabilidad” en las prácticas de los productores, una “lógica práctica” (Chia 1987; Bourdieu 1999); y c) en un mismo sistema estratégico “de resistencia”, se integran distintos tipos de estrategias de reproducción (sucesorias, educativas, de inversión económica y de inversión simbólica) de acuerdo con los contextos, trayectorias y fases del ciclo familiar de los casos (Chia 1987; Bourdieu 1994).

El trabajo de campo se realizó entre septiembre de 2012 y septiembre de 2013. El dis-positivo metodológico aplicado integró el aporte teórico del enfoque biográfico (Bertaux 1999), en particular la vertiente de los “relatos de vida” (Life Story), de tipo familiar, para enriquecer la experiencia acumulada de aplicación de la metodología Enfoque Global de la Explotación Agrícola (EGEA) 8 en Uruguay, lo que resultó en una versión adaptada de este enfoque, tomando como referencia la versión propuesta por Marshall y sus colaboradores (Marshall, Bonneviale y Francfort 1994). Se propone un esquema conceptual para construir el modelo estratégico del “sistema familia-explotación” que relaciona: los objetivos o finalidades que el productor (pareja, familia) busca alcanzar en la vida y en su trabajo; las reglas que delimitan el marco de sus acciones en una situación dada, para poder alcanzar sus objetivos; y las acciones o decisiones estratégicas, que son sus prácticas. De esta manera, es posible “subir” desde las prácticas, que son directamente observables, hasta encontrar, mediante un principio de coherencia, las regularidades o reglas estratégicas que nos permiten alcanzar las motivaciones que las anteceden (Landais, Deffontaines y Benoit 1988).

Se llevó un registro escrito, en audio y en imágenes de las entrevistas realizadas, complementado con un diario de campo a lo largo de todo el proceso, donde se anotaron re-flexiones personales. Para cada caso se realizaron cuatro visitas, que dieron como resultado la confección de un informe completo de cada familia con los relatos de vida, los esquemas de la historia de la explotación, la situación actual y proyectos de la familia, así como el sistema de decisión (que presenta la percepción de la familia sobre sus triunfos y limitantes) y el modelo de funcionamiento estratégico con base en el modelo conceptual propuesto. La última visita fue para la de restitución y entrega del informe completo, que operó como validación de resultados. Para el análisis transversal de las estrategias, se sistematizó la in- formación primaria recabada en todos los casos (historias de vida, entrevistas, informes, observaciones registradas en el diario de campo), privilegiando la utilización de esquemas y diagramas, cuadros sinópticos y mapas conceptuales.

Presentación de los casos típicos

La investigación facilitó una aproximación al ethos 9 de las familias de los productores en los diferentes contextos territoriales, lo que puso de relieve su “habitus campesino”, expresado en los relatos de vida y en los modelos estratégicos construidos con las familias. Se seleccionó un caso típico por cada contexto, entendidos como tipos paradigmáticos de agricultores familiares presentes en el noroeste uruguayo 10 . La intencionalidad de presentar estas “historias típicas” (Becker 2011), radica en que las historias funcionen más o menos de la misma manera cada vez que ocurren. Los sistemas de producción de los casos incluyeron a la ganadería, con énfasis en la cría mixta bovina y ovina (el criador ganadero), pero también casos más especializados, ya sea porque realizan lechería comercial (el tambero remitente o el quesero) o porque sus sistemas son más diversificados y combinan los rubros ganaderos con agricultura (el medianero agrícola) (cuadro 1).

Contexto 1: el criador ganadero

El contexto 1 en el noroeste de Uruguay corresponde a la región del Basalto 11 , la más extensa del país (21% del territorio nacional), que se ha caracterizado por los sistemas extensivos de producción ganadera, de baja productividad e inversión, y el pastoreo conjunto de vacunos y ovinos (Malaquín 2009). La acción complementaria de estas dos especies de animales es explotada bajo la forma de pastoreo mixto para maximizar la capacidad de comer especies diferentes (Pereira 2011). Los cambios técnicos en el Basalto han sido particularmente lentos y los cambios en el uso de suelo, casi inexistentes (Malaquín, Waquil y Morales 2012).

Los ganaderos familiares, mayoritarios en Uruguay, pueden ser considerados un tipo especial de agricultor familiar, sobre todo los dedicados a la cría mixta bovina y ovina (o “criadores”) que no incluyen agricultura ni procesos de terminación o de engorde vacuno (o “invernada”). La “campesinidad” de estos ganaderos criadores se encuentra ligada con la idea-fuerza de “no tener patrón” y a un estilo de vida y producción donde cobran relevancia las “aparcerías” ganaderas. Se presenta a continuación un caso típico de una familia de criadores ganaderos.

Marina y Esteban: 12 “peones sin patrón”

Marina (40 años) y Esteban (50 años) son ganaderos familiares que viven en la región de Basalto, a más de 150 kilómetros de las capitales departamentales. Tienen tres hijos: Douglas (21 años), que trabaja en la construcción y vive en la casa de la familia en la ciudad; Mario (19 años) que vive con ellos en el campo y ya comenzó con ganado propio y changas (ocupaciones laborales menores) en la zona; y Aurora (18 años) que está culminando sus estudios secundarios y vive en un hogar estudiantil en la ciudad. Si bien hasta 2009-2010, los dos integrantes de la pareja trabajaron como asalariados en estancias ganaderas, al momento se desempeñan solo como productores y, al menos Marina, no piensa volver a trabajar afuera. Entre las fracciones propias y familiares de ambos, manejan un total de siete padrones, que suman un total de 301 hectáreas, la mayoría suelos de basalto superficial con bajos índices de productividad (Marina y su madre disponen de 127 hectáreas y Esteban y su madre, de 174 hectáreas). La orientación productiva es la cría mixta (ovejera y ganadera), manejando un rodeo total de 60 reses cruza (30 vacas de cría) y 700 lanares cruza (150 ovejas de cría). Utilizan dos formas de asociación para producir entre vecinos (aparcerías) 13, muy comunes en las zonas ganaderas: ganado “a pastoreo” y 100 lanares “a capitalización” en la zona. 14 Si bien para los registros oficiales de animales se trata de tres “marcas” de ganado (Marina, Esteban y Mario), la producción ganadera y los trabajos en la explotación los realizan en conjunto. Los principales rubros de comercialización son la venta de lana (de finura media), corderos y terneros, que venden en general por medio de consignatarios de las dos capitales más cercanas. No contratan mano de obra. Mientras trabajaron como asalariados, contaban con la ayuda de parientes para algunas tareas, sobre todo en la esquila. En el momento actual, ellos hacen todas las tareas y solo contratan a un sobrino, que tiene máquina, para la esquila. Desde 2006, participan de las actividades de las organizaciones de agricultores familiares de la zona y han realizado diversas actividades de capacitación.

Están inscritos en el registro como dos familias, cada rama familiar por separado (la madre de Marina y la madre de Esteban), y en los últimos años han sido beneficiarios de varios programas de apoyo de las políticas públicas.

Contexto 2: el quesero artesanal

En Uruguay, se puede considerar al “tambero familiar” como un tipo particular de productor ganadero familiar especializado en lechería. En su gran mayoría, las explotaciones lecheras remiten a plantas industriales, pero también existe una menor proporción que elabora quesos artesanales o vende leche “cruda” a particulares. De acuerdo con la definición establecida en el artículo 1 del Decreto 65/003 de 2003 del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay (MGAP), el queso artesanal es queso elaborado con leche cruda, pasteurizada o termizada, producida en el predio exclusivamente, y se considera productor de queso artesanal a toda persona física o jurídica que elabora queso artesanal en forma individual, familiar o asociativa (Vidal 2008). Considerando solamente los productores especializados en la elaboración de quesos, la producción anual de leche involucrada a escala nacional es de más de 85 millones de litros, lo que representa algo menos del 5% del total de leche producida y el 6% de los productores que hacen lechería comercial (MGAP-DIEA 2014). No obstante esta cifra, la mitad del queso que se consume en Uruguay corresponde a queso artesanal (Barca 2012).

Lo característico del contexto 2 es el peso de las redes de intercambio entre vecinos, lo que se encuentra naturalizado en el modo de vida y de trabajo que desarrollan los colonos. La campesinidad de estos agricultores familiares se encuentra muy ligada con la reciproci-dad del negocio amistoso entre colonos y un estilo de vida ganadero familiar. Se presenta a continuación un caso típico de queseros artesanales, el caso de Estrella y Ramiro.

Estrella y Ramiro: “aparceros criollos”

Estrella (41 años) y Ramiro (44 años) son colonos arrendatarios del INC que viven en una Colonia ganadera, a unos 30 kilómetros de la ciudad más cercana. Con dos de sus tres hijos (Fabio, de 5 años y Francisco, de 18 años) porque Emilia (también de 18 años) se casó y trabaja con su esposo en otra zona. El sistema de producción combina la gana-dería mixta (ganado lechero y ovino), con la producción de cerdos. A partir de la leche del tambo fabrican queso artesanal, rubro principal del establecimiento, que comerciali-zan por medio de intermediarios. Viven en la fracción que arrienda el padre de Ramiro y arriendan dos fracciones linderas, por lo que entre las tres disponen de unas 300 hec-táreas (suelos de productividad media). La familia se ocupa de todos los trabajos y en los últimos años Ramiro ha dejado de hacer trabajos ocasionales afuera. Si bien Francisco completó solo la escuela primaria, aprendió inseminación vacuna y ovina, por lo que insemina en el establecimiento familiar y en otros de la zona. Fabio todavía no concurre a la escuela. Para la producción de leche se manejan con un rodeo de 100 vacas de raza Holando. Tienen un promedio de producción mayor a 30 kilos de queso/día, con picos estacionales de producción. En invierno, con unas 32 vacas en ordeñe producen entre 500 a 600 litros leche/día. Generalmente venden los terneros machos una vez por año y alimentan cerdas con el suero sobrante de la fabricación del queso, criando “a campo” cuatro lotes/año de lechones. La majada ovina actual son 750 cabezas, con 500 ovejas de cría (raza Merino). Los principales rubros de venta son los quesos artesanales (semiduro, en hormas de 4 kilos), la lana y los corderos. Ramiro está inscrito en el registro oficial como productor agropecuario familiar y participa de la organización de agricultores fa-miliares de la Colonia.

Contexto 3: el medianero agrícola

En Uruguay, desde mediados del siglo pasado, la actividad agrícola se realizó preferentemente en el área del litoral oeste del país, expandiéndose a tierras que no habían tenido cultivos y que presentaban una alta fertilidad, baja erosión y buenas condiciones físicas del suelo. La aparición de “nuevos agricultores” en el agro, de la mano de la inclusión del cultivo de soja transgénica en la agricultura de secano, generaron fuertes cambios en la región en lo que va del siglo (Arbeletche y Carballo 2006; 2007). En esta línea, Achkar, Domínguez y Pesce (2006) advierten sobre la vulnerabilidad de los campesinos y pequeños productores ante los procesos de concentración y los riesgos del avance de la frontera agrícola debido a que la soja es un cultivo que exige economía de escala.

Lo característico del contexto 3 es su origen como colonia de inmigrantes alemanes del Volga ruso, en una zona agrícola-ganadera y lechera, con fuerte presencia de un tipo de aparcería agrícola entre los vecinos, conocida como medianería 15. Estos pequeños medianeros “familiares” de la región han sido caracterizados porque combinan actividades agrícolas y ganaderas (en particular, lechería) y tierra en propiedad y arrendada. Como este tipo de aparceros son en general poseedores de pequeñas superficies, son los que presentan mayor conflictividad frente al avance de los agronegocios en la región (forestación y los “nuevos agricultores” de la soja). El desplazamiento sufrido les ha valido la denominación de “viejos agricultores” (Arbeletche, Ernst y Hoffman 2010). A continuación, se presenta un caso típico de medianero agrícola, el caso de los “colonos gringos” Helena y Wagner.

Helena y Wagner: “colonos gringos”

Helena (47 años) y Wagner (52 años) son colonos agrícola-ganaderos, arrendatarios de dos fracciones del INC, que totalizan unas 300 hectáreas con índices de productividad de suelo medios. Tienen tres hijos: Virginia (22 años) finalizando estudios terciarios; Miguel (18 años) egresado de la Escuela Agraria de la zona; y Catalina (15 años) cursando segundo ciclo de estudios secundarios. En otra época, se dedicaron a hacer mucha agricultura a medianería en la zona asociados con sus primos, por lo que poseen un parque de maquinaria agrícola moderno, pero en los últimos años disminuyó su área agrícola (desde 500 a 80 hectáreas) por la fuerte competencia de grandes empresas argentinas que plantan soja en la zona. Actualmente se dedican con mayor énfasis a la ganadería vacuna (incluyeron el engorde para hacer ciclo completo) con un rodeo total de 380 vacunos (180 vacas de cría raza Normando, toros raza Angus). Venden una parte de los terneros en marzo para el pago de la renta (a comisionista) y en agosto embarcan los terneros gordos para el frigorífico de la capital departamental.

Helena se ocupa de un tambo de vacas de raza Holando, con 15 vacas en ordeñe (que ella ordeña a mano), incluyendo la elaboración de quesos artesanales, aprovechando el suero sobrante para la cría de cerdos y terneros machos. Así, con la comercialización de subproductos, Helena genera “entradas extra” con las que se cubren gastos de los estudios de los hijos. En los últimos años ofrecen servicios de maquinaria agrícola (siembra, cosecha y sobre todo fardos), ya que Miguel ha comenzado a trabajar con su padre en la realización de estos trabajos. Wagner se ha inscrito en el registro como productor familiar agropecuario e integra la organización de agricultores familiares de la localidad.

Contexto 4: el tambero remitente

De acuerdo con el análisis del desarrollo de la industria láctea realizado por Hernández y Pereira (1994), en sus inicios la lechería comercial tuvo la capacidad de conservar a los pequeños productores y captar además a un número importante de los desplazados de otras actividades agropecuarias problemáticas. Más recientemente, la producción lechera familiar en Uruguay se vio severamente afectada por el proceso tecnológico seguido en el sector, exigente a nivel de inversiones en infraestructura y maquinaria. Aún así, de acuerdo con las declaraciones de los productores agropecuarios familiares inscritos en el registro, un 12% (3084 inscritos) declaran la lechería comercial como rubro principal, porlo que aún representarían un 73% del total nacional (Sganga et al. 2014).

Los tambos familiares son característicos en el contexto 4 y, debido a su fuerte especialización y vinculación con la actividad lechera, son altamente dependientes del precio de la leche y la marcha del complejo lácteo (Rosa, Courdin y Rossi 2015). De forma minoritaria, algunos tambos familiares del contexto, caracterizados por mayores niveles de capital social y cultural, desarrollan estrategias distintas a las de los lecheros remitentes y valorizan la producción mediante la elaboración de quesos artesanales.

La campesinidad en este contexto se encuentra vinculada fuertemente con el trabajo familiar y colectivo, y a una ética de “ser buen trabajador”. El carácter esclavizante del ordeñe marca la principal tensión en los tambos familiares remitentes. Se presenta a continuación un caso típico del contexto 3.

Olga y Wilson: “tamberos remitentes”

Olga (46 años) y Wilson (48 años) son productores familiares lecheros que viven en una fracción del INC, con sus dos hijas menores: Patricia (16 años) que asiste a estudios secundarios en el pueblo y Elena (7 años) qu asiste a una Escuela Rural (distantes a 8 y 6 kilómetros respectivamente). Se trata de un tambo familiar de 41 hectáreas, con aproximadamente 50 vacas en ordeñe Holando, y que remite a una planta industrial de la zona unos 26 000 litros/año. Los dos hijos mayores de la pareja ya son independientes y se han autonomizado: Adrián (24 años) trabaja de maquinista para una empresa de servicios agrícolas en otra localidad y Félix (22 años) es empleado de una cooperativa de origen alemán, cercana a la zona. Olga y Wilson no contratan mano de obra; ellos realizan todas las tareas del campo, excepto alambrar. Si se necesita, Patricia hace el tambo y en ocasiones también Félix, que vive cerca, viene especialmente a darles una mano con los trabajos. Para las actividades productivas, la familia arrienda otra fracción de 28 hectáreas (distante aproximadamente 1,5 kilómetros) al INC. También crían ganado vacuno (cruza Hereford) en el área protegida de la región, por lo que su segundo rubro de comercialización es la venta de terneros de 150-200 kilos. Desde 2009 ingresaron al registro como productores agropecuarios familiares y desde 2010 integran la organización local de agricultores familiares.

Tipos de resistencia identificados

El análisis transversal de los modelos de funcionamiento estratégico construidos en con-junto con las familias permitió sistematizar un universo de 115 reglas. De acuerdo con los tipos de estrategias de reproducción propuestos por Bourdieu (1994), 70 de estas reglas se identificaron como económicas, 20 simbólicas, 19 educativas y seis sucesorias. Las económicas y educativas se organizaron también en subtipos o subcategorías. Una vez clasificadas, las reglas fueron agrupadas por coherencia en 22 conjuntos, asimilados a prácticas de resistencia, que se caracterizaron mediante sus códigos in vivo. De acuerdo con las finalidades a las que apuntan estas prácticas, se integraron a tres diferentes categorías o tipos de resistencia 16 (cuadro 2).

Tipo 1. Estrategias que apuntan al mantenimiento de la autonomía como familia productora-campesina

El mantenimiento de la autonomía como familia productora-campesina es el principal objetivo y las estrategias económicas para lograrlo son privilegiadas. Las principales prácticas de resistencia que mantienen autonomía e independencia de las familias se basan en estrategias de tipo económico, donde importa la “no dependencia” de la contratación de mano de obra para sacar adelante la explotación (“trabajo familiar”, “todo con trabajo propio”). Cuando se contrata, es solo por trabajo temporario o causas de fuerza mayor (edad avanzada, enfermedades). El trabajo familiar resulta el aspecto fundamental de la resistencia en todos los casos y se expresa fuertemente aún en los casos con mayores niveles de acumulación patrimonial (el caso de los “medianeros agrícolas”, en contextos gringos).

Figura 1. Localización de los territorios y casos estudiados en el Litoral noroeste de Uruguay

Conjunto de reglas (códigosin vivo) Finalidad Tipo de estrategia Tipo de resistencia
Todo con el trabajo propio;trabajar en familia;asociarse con los vecinos (aparcerías); ser buenos trabajadores (productores)

Subtipo trabajo familiar

Asegurar autosuficiencia del trabajo familiar, con diversas modalidades de partenariado

Estrategias de inversión económica Tipo 1: autonomía de la familia
Trabajar de palabra;minimizar extracción de excedentesmanejarse con contado (efectivo)

Subtipo comerciales

Establecer canales de comercialización (compraventa) que garantizan autonomía, evitando créditos y disminuyendo los riesgo

Invertir poco y esperar mucho (ganadería);si da resultado, no cambiar;cría ganadera mixta (ovinos y bovinos)

Subtipo técnico-productivas

Preparar para las crisis, con base en diversificar productos y producciones, y minimizar utilización de insumos externos

Asegurar el futuro bienestar familiar;invertir para economizar

Subtipo patrimoniales

Sostener dispositivos de capitalización intra e intergeneraciones

Crecer para adentro; actividades productivas a cargo de los hijos Garantizar la transmisión del patrimonio material entre generaciones Estrategias sucesoria  
Hacer las cosas bien (sentido del trabajo); priorizar la familia; mantener estilo de vida;

Subtipo educación familiar

Transmitir los valores necesarios para sostener una “autonomía ética” (ética campesina)

Estrategias de inversión educativas Tipo 2: preparación de la sucesión
Dar educación a los hijos

Subtipo educación escolar

Dejar un legado de capital cultural a la descendencia

Estar en el ruido como productores (prestigio); ser de confianza de los demás Ser reconocido por el entorno Estrategiassimbólicas

Tipo 3: redes sociales

Beneficiarse del entorno; beneficiarse de programas estatales Valorizar el capital social familiar

Fuente: elaboración propia.

Construidos con base en capital simbólico y capital social colectivo, los contratos entre vecinos (las aparcerías, tanto pecuarias como agrícolas) cumplen un rol fundamental para consolidar estrategias de resistencia de este tipo de productores y fueron observados en todos los contextos territoriales.

Tipo 2. Estrategias que afirman la preparación de la sucesión

En este tipo de resistencia se agruparon las estrategias educativas y sucesorias implementadas por las familias. Dentro de las estrategias de tipo educativo, las más importantes son las éticas, y condicionan la expresión de la campesinidad de cada contexto. En segundo lugar, se observa la estrategia educativa escolar, que se viene consolidando de manera creciente.

Se observó el rol particular de las mujeres en el alargamiento del ciclo familiar de las explotaciones, tanto por jubilación del jefe de familia como en casos de su fallecimiento. Así, son las viudas que terminan por definir y apoyar el traspaso generacional a favor de uno de los hijos y por resolver las situaciones sucesorias de los herederos. Las estrategias sucesorias se expresaron más débilmente en casos sin descendencia, en hogares con descendencia únicamente femenina y en aquellos casos con trayectorias principales vinculadas con el asalariamiento. En estos últimos, las estrategias sucesorias parecen estar en un segundo plano y se expresa más claramente la estrategia del asalariamiento, que representa reproducir “desde abajo” el camino de sus padres. La presencia o ausencia de estrategias sucesorias puede definir la sustentabilidad de la explotación.

Tipo 3. Estrategias que apuntan al sostenimiento de la familia en las redes sociales del territorio

Las estrategias simbólicas basadas en el honor (“ser de confianza”) y en el prestigio (“hacer las cosas bien”) cobran relevancia como capital social colectivo en las redes de intercambio de los contextos, haciendo viables las distintas clases de estrategias económicas. La importancia de la honorabilidad y prestigio familiar como capital simbólico para iniciarse como productor independiente es evidente en contextos ganaderos donde las aparcerías pecuarias y agrícolas y el intercambio amistoso son prácticas de resistencia muy importantes. Desde su inicio como productores, los jóvenes que acceden a fracciones despobladas de ganado cuentan con las redes sociales de intercambio y capital simbólico de partida para “hacerse productores”.

Este tipo de prácticas de resistencia son muy importantes para afirmar la identidad productiva/rural de los contextos. Ya sean estilos o modos de vida familiar más inclinados a la ganadería o a la agricultura, siempre facilitan la transmisión familiar de las explotaciones. Llama la atención que, siendo tan importantes las estrategias de inversión simbólica, tanto los estudios académicos como las políticas públicas han prestado relativamente poca atención a este conjunto de prácticas de resistencia que determinan la identidad entre la familia y la producción, tan importantes para la sostenibilidad de los productores familiares.

Discusión y conclusiones

Los principales resultados muestran cómo las condiciones individuales de los ganaderos familiares los conducen a desarrollar ciertas prácticas y estrategias, que son dinámicas y evolucionan en función del contexto y la propia evolución interna de las unidades de producción. En este sentido, no solo las condiciones endógenas o individuales sino también las condiciones exógenas o colectivas juegan un papel importante en los objetivos de las familias y en las prácticas y estrategias generadas. El rol de este tipo de prácticas de resistencia colectivas a nivel de la CNFR fue demostrado en el trabajo de Rossi y Notaro (2016), así como también se analiza en Rossi (2017).

En relación con las condiciones endógenas, el principal tipo de resistencia de las familias es la búsqueda de autonomía(resistencia tipo 1) y una de las principales estrategias es el mantenimiento de reglas que aseguren el carácter familiar del trabajo. Se trata de una regla tan importante, que solo se puede romper para trabajos temporarios y/o causas de fuerza mayor (edad avanzada, ausencia de sucesores, problemas de salud), y que incluso se expresó fuertemente en los medianeros agrícolas, con mayores niveles de acumulación patrimonial.

La manera en que los agricultores familiares entienden la tecnología agropecuaria difiere también de acuerdo con los rubros de producción: “ser ganadero” se vive de manera diferente que “ser agricultor”, donde es fuerte la penetración de los paquetes tecnológicos y la competencia por tierra con las empresas del agronegocio. No obstante, si bien los medianeros desarrollan estrategias de acumulación patrimonial (compra de maquinaria agrícola), en los casos de estudio,la expansión de la agricultura mediante servicios de maquinaria en la zona se encontró asociada con la posibilidad del relevo generacional y de mantener a los hijos en el oficio agrícola.

A diferencia de la agricultura, que constituye un proceso intensivo a corto plazo y no se la concibe sin “estar arriba” (aspectos tecnológicos y de gestión), la elección de razas y la cría de animales en la ganadería familiar funciona a otro ritmo y de manera más integra-da al modo de vida, que determina gustos y usos. Por ello, para los casos de productores familiares ganaderos, la principal estrategia patrimonial encontrada fue la acumulación de animales, asunto ya señalado en otras investigaciones sobre ganadería pampeana (Ribeiro 2009). Esta estrategia se expresó en diversas fases del ciclo de vida de las familias y bajo arreglos específicos en cada caso. En particular, constituye la principal estrategia para los ganaderos en la fase de inicio, en asociación con estrategias de asalariamiento temporal como peones o capataces rurales.

Los resultados son consistentes con los obtenidos por López Castro (2009; 2010; 2012) en sus investigaciones sobre persistencia de las familias ganaderas en el sudoeste bonaerense. Sin embargo, algunos hallazgos del estudio en relación con la resistencia tipo 1 merecerían ser profundizados. Por ejemplo, con relación a las identidades productivas de los ganaderos familiares del litoral noroeste, las improntas de los contextos integran las trayectorias y las culturas de colonización. En este sentido, el rol del INC y las estrategias específicas de acceso a la tierra de estos productores (individuales, colectivas) deberían ser exploradas en vinculación con las anteriores. Otro caso son las diferencias observadas de acuerdo con las trayectorias ocupacionales de padres y abuelos (como asalariados rurales o como productores). Mientras que en los casos de familias con trayectorias como asalariados primaron las estrategias económicas basadas en prácticas de tipo técnico-productivas, en los casos de trayectorias familiares como productores primaron estrategias económicas relacionadas con maximizar el trabajo familiar. Probablemente la familiarización con los modelos productivos (capitalista y familiar) sea una de las explicaciones posibles para estas diferencias.

Lo contrario ocurrió con el peso de las estrategias educativas en general, y de tipo ético en particular, que se mostraron más importantes en las familias de mayor trayectoria productora. En este aspecto, de acuerdo con el peso de algunas estrategias educativas de los distintos contextos, como la ética campesina en relación con el trabajo, se expresaron diferencias en las campesinidades y estrategias de resistencia presentes (tipo 2).

En cuanto a las condiciones exógenas, sobre todo en relación al tipo 3 de resistencia de los agricultores familiares, los contratos asociativos entre pro-ductores tuvieron un peso importante en los cuatro contextos de investigación y constituyen una amplia gama de prácticas y acciones estratégicas típicas (“a la medida”) de cada territorio. Como formas de la acción colectiva, construidas socialmente con base en la honorabilidad y la confianza, representan un capital social colectivo propio de cada contexto. Dos pistas para investigaciones futuras serían estudiar la forma en que se construyen y mantienen estos arreglos e innovaciones y el rol que cumplen en ellas las diferentes comunidades y culturas.

Agradecimientos

Esta publicación incluye valiosos aportes realizados por revisores anónimos designados para la lectura ciega. Los autores agradecen su dedicación a la tarea encomendada.

________________________

1 El avance del agronegocio en el país es más notorio en los rubros no pecuarios, con un marcado incremento de la forestación artificial, una expansión de la superficie agrícola y una intensificación productiva creciente en el agro (GEO Uruguay 2008, 18). ˆ

2 Mayor información en la página web del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) de Uruguay: http://www.mgap.gub.uy/unidad-organizativa/direccion-general-de-desarrollo-rural/tramites-y-servicios/regis-tro-de-la-produccion-familiar Acceso en marzo de 2009.ˆ

3 Si se considera que el número total de explotaciones agropecuarias a nivel nacional era 44 781 en 2011 (MGAP-DIEA 2014), las mismas representan la mitad de las explotaciones del país.ˆ

4 Junto con la asociación del término agricultura con cultivos agrícolas, esto explica que el término “agricultura familiar” sea poco descriptivo para las condiciones de Uruguay.ˆ

5 Término derivado de “tambo”, de origen quechua, utilizado para designar tanto el lugar del ordeñe como la explotación agropecuaria especializada en lecheríaˆ

6 Facultad de Agronomía, Universidad de la República, Departamento de Paysandú.ˆ

7 Mayor información sobre el surgimiento de los enfoques globales en la agricultura francesa, así como una descripción operativa de los pasos propuestos por la metodología Enfoque Global de la Explotación Agrícola (EGEA) disponible en Chia et al. (2003).ˆ

8 La metodología EGEA ha sido utilizada en Uruguay desde 2000 por investigadores de la Universidad de la República (UDELAR) y desde 2004 por técnicos del Instituto Plan Agropecuario (Morales y Dieguez 2009).ˆ

9 Se refiere el término como “conjunto de rasgos y modos de comportamiento que conforman el carácter o la identidad de una persona o una comunidad” (Diccionario de la Real Academia de la Lengua 2014).ˆ

10 Estos casos típicos representan una construcción mental con base en la idea de tipos ideales de Weber.ˆ

11 Roca ígnea volcánica que derramó sobre los territorios del sur de Brasil, todo Uruguay, parte de Argentina y Paraguay (era Mesozoica).ˆ

12 Se utilizan nombres de fantasía para mantener la confidencialidad de la información. ˆ

13 El artículo 143 del Código Rural en Uruguay define la “aparcería” como un contrato en el que una de las partes se obliga a entregar uno o más animales, un predio rural o ambas cosas, y la otra a cuidar esos animales, cultivar y cuidar ese predio, con el objetivo de repartirse los frutos o el importe correspondiente.ˆ

14 El contrato de “ganado a capitalización” es una modalidad específica de aparcería pecuaria, muy frecuente en los contex-tos ganaderos: el aparcero tomador recibe en su explotación animales a pastoreo del aparcero dador, para repartirse de diversas maneras la ganancia de peso de los animales (Beceiro Caeiro 1976). Lo tradicional en las aparcerías pecuarias es que los kilos de peso ganados por los animales se repartan a partes iguales. Sin embargo, existen diversas formas de reparto de gastos y ganancias según lo que convengan los apareceros en cada caso particular. La ganancia que se reparte puede acordarse en kilos ganados o en terneros. Los “contratos de pastoreo” difieren de la capitalización en que el pro-pietario de los animales (tomador), acuerda con el dador de la pastura un pago por animal, en dinero. Incluso pueden existir varios tomadores para una misma pastura. ˆ

15 Medianería (derivado de “ir a medias”) es el término con el que se conoce un tipo de aparcería por la cual un propietario de tierra (dador) la entrega a un cultivador (tomador) para que éste la explote, con la condición de repartir los frutos a la mitad (Beceiro Caeiro 1976). Si bien la medianería es un caso típico de aparcería agrícola, existen otras variantes presentes en los contextos 3 y 4, producto de una larga tradición en prácticas de integración agroindustrial. Una variante bastante común cuando los dadores de tierra son colonos del INC o productores ganaderos (de carne o leche), consiste en incluir una cláusula en el arreglo entre partes para que, al finalizar la cosecha, el tomador de la tierra deje instalada una pradera al dador de la tierra. ˆ

16 Un análisis pormenorizado de las reglas y estrategias sistematizadas a partir de los modelos de funcionamiento estratégico de los casos de estudio, se puede consultar en Rossi (2017). ˆ

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